sábado, 26 de julio de 2008

POR PROF ANGEL PONCE / SUB DIRECTOR DE SECRETARIA UNESR


EL GRUPO NO ASISTIDO N° 2 "EL SOL SALE PARA TODOS": RAFAEL VEGAS, MARYOLIX MEREGOTE, ANGELA ESCALA, OBILIA PALENCIA, ANGEL PONCE, LIVIA CAPOTE
Las premisas para construir la viabilidad de los cambios suponen construir el consenso como la única base firme para el cambio, incorporando prácticas de negociación para avanzar en logros progresivos, entender el cambio como proceso que, partiendo de lo posible en un momento determinado, debe ser permanente, para ir profundizándose constantemente, incorporar suficiente capacidad técnica como para contar con las respuestas adecuadas en el momento adecuado, y ser capaz de anticiparse a las resistencias, localizando los grupos desde donde partirán.
Toda acción de gobierno se enfrenta con la tensión entre el corto y largo plazo. Esto es problemático en el campo de la educación en el cual se requieren un tiempo considerable para poder presentar resultados. Los tiempos de la educación no son los tiempos políticos y esto afecta sustancialmente las posibilidades de un proceso de transformación. Adoptar la estrategia de la simultaneidad implica construir la posibilidad del largo plazo a partir de señales claras dadas en el corto plazo. Muchas reformas educativas han ensayado modos diversos de implantación de los cambios. Frecuentemente se han iniciado con experiencias limitadas para luego ampliar progresivamente el ámbito de la aplicación. Una breve mirada a estas estrategias ha demostrado que es difícil que una experiencia piloto se generalice. Conviene entonces optar por una estrategia masiva, gradual y permanente, generando las condiciones para que todos se involucren y para que, una vez iniciado el proceso, este no se detenga. Igualmente para que la transformación pueda ser masiva, gradual y permanente, es necesario atender a diferentes necesidades institucionales y regionales. Por ello, la construcción de la viabilidad de la propuesta incluye también un trabajo sistemático para construir la credibilidad en las acciones del gobierno en educación. Por consiguiente, es necesario producir cambios simultáneamente en tres elementos básicos: hay que cambiar los contenidos de la enseñanza, o sea qué tienen que saber los participantes (o qué necesita la sociedad que ellos conozcan), hay que cambiar y mejorar la calidad de los docentes – facilitadores, hay que mejorar la cantidad y calidad de los materiales de enseñanza, el equipamiento y la infraestructura, es decir, que para mejorar implica invertir más. La integridad del proceso de cambio requiere que el docente sea el alma del proceso de aprendizaje. De él depende en gran medida la calidad del proceso educativo porque su tarea profesional es decisiva. Sin embargo, en la mayoría de los países de América Latina, el crecimiento de los sistemas escolares para la universalización tuvo una consecuencia real: por un lado se despreciaron los salarios de los docentes, y por el otro se abrieron las compuertas de un sistema de trabajo permisivo que, de todos modos incrementó el gasto del sector. Hoy está claro que no hay transformación educativa a largo plazo sin docentes con mejor sueldo, pero con condiciones de trabajo mucho más rigurosas que incrementen la responsabilidad por los resultados del aprendizaje. Para esto se requiere conseguir mejores espacios para enseñar y aprender y laboratorios, computadoras, bibliotecas, sin embargo, también se necesitan procedimientos administrativos y características de organización modernos y eficientes que es lo más duro de lograr, porque supone pelear tanto, con el viejo paradigma de organización de la educación, como el de la burocracia pública.
El sistema educativo bolivariano busca formal el nuevo hombre republicano a través de la sociedad democrática, multiétnica, participativa, pluricultural y protagónica. Este nuevo hombre republicano requiere de un aprendizaje en conjunto, es decir, escuelas – participantes – facilitador – comunidad.
Los movimientos sociales, como agrupación de individuos con un fin común, es decir," la búsqueda del bienestar colectivo", se caracteriza por ejercer un proceso constante de transformación tomando como referencia su entorno social, político, cultural, económico. Partiendo de esta realidad, los miembros de estos movimientos se encuentran inmersos en el acto pedagógico de aprender, reaprender y desaprender como producto de la interacción cotidiana e inspirado por el sentimiento del amor que los conllevan a promover la igualdad, la justicia, la responsabilidad en pro de la defensa de sus derechos y de los espacios de autonomía dentro de la sociedad. Desde esta perspectiva la propuesta Educativa de estos movimientos sociales giran en torno al principio de libertad, de participación y de protagonismo social del colectivo a fin de construir una sociedad más equitativa.
Referencias: Lecturas sugeridas para el Curso Visión Emergente de la Educación en el Ámbito Socio-Político contemporáneo. UNERS, (2008). Ugas, G. (2007). La Educada Ignorancia. San Cristóbal.

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