viernes, 6 de junio de 2008

POR LIVIA CAPOTE: SOCIEDAD Y CULTURA ROL DEL FACILITADOR



Los planteamientos realizados por mis compañeros de equipo y la revisión de gran parte de los recursos bibliográficos facilitados en este curso, se encuentran muy relacionados con el libro del escritor; Edgar Morin: La Cabeza Bien Puesta, por esta razón, les presento un pequeña interpretación que realice, sobre todo en los capítulo que se refiere a educación y a el rol del docente. Este texto es el producto de un profundo análisis en cuanto a la necesidad de una reforma de pensamiento que conlleve a una reforma de la enseñanza; el autor partió de lo que consideró los problemas más urgentes: La educación y la enseñanza, términos que se complementan pero tienen diferencias bien marcadas, en el desarrollo del libro, el autor se pase por ambos.
Para abordar el tema es necesario hablar de los desafíos que se tienen que enfrentar, entre los cuáles están: El desafío de lo global, de lo complejo y de expansión descontrolada de saberes, este trío desencadenan la falta de organización del saber que a su vez derivan al desafío cultural, sociológico y el desafío de los desafíos que abordado correctamente permitiría el uso pleno de la inteligencia para poder responder con efectividad a estos desafíos, cambiando la aptitud para la organización de conocimientos en función de favorecer la educación resolviendo problemas de manera oportuna y efectiva.
La educación como decía Durkhein su objeto no es darle al alumno cada vez mayor cantidad de conocimientos sino:
“Construir en él un estado interior y profundo, una especie de
polaridad del alma que lo oriente en un sentido definido no sólo durante la infancia sino para la vida”.
Lo que quiere decir que aprender para la vida es transformar el conocimiento internamente hacerlo útil, para ello la enseñanza de la filosofía renovada podría brindar la oportunidad de autoconocimiento y evaluación del ser humano permitiendo la lucidez necesaria con lo que ayudaría a la conciencia de la condición humana y por ende al aprendizaje de la vida.
De igual manera en el conocimiento se presentan tres tipos de incertidumbres: Cerebral, psíquica y epistemológica; llegar a la verdad total no es conocer y pensar, es conversar con la incertidumbre, hay que pensar en positivo, tener fe, elaborar y aplicar estrategias que conlleven al mejoramiento continuo de la condición humana característicos en la presencia de valores entre ellos: la responsabilidad, solidaridad, respeto a la patria, a la identidad nacional, honestidad, la ética y la cooperación.
En otras palabras aprender a convertirse en ciudadanos, aprender a vivir. Para llegar a este proceso el ciudadano normal debe pasar por los tres niveles:
Primaria, es un programa que debe partir del ser humano y demostrar que aprovecha las herramientas del entorno.
Secundaria, la enseñanza debería ser cultura real a través una reflexión sobre la ciencias y la literatura indispensables como experiencia de vida dando a la historia el papel fundamental en la enseñanza de este nivel. En relación a
los programas ser más flexibles y remplazarse por guías de orientación que permitirían al docente actualizar de acuerdo al contexto, enfatizando en la formación integral del alumno y no a la acumulación estéril de conocimiento, lo que llamo Freire en su momento educación bancaria.
Universitaria, esta debe adaptarse a la sociedad contemporánea y cumplir con su misión de transmisión, enriquecimiento de un patrimonio cultural.
Estos niveles deben contribuir al desarrollo integral del ser humano que deberá actuar en función de una profunda responsabilidad y compromiso con su entorno, contribuyendo a la apuesta de una vida mejor.
Para la reforma de pensamiento que enfrente la inseguridad y sea vinculante existen siete principios guías los cuáles señala el autor:
1.-El principio sistemático u organizativo que une el conocimiento de las partes con conocimiento del todo.
2.-El principio “holográmico” la parte esta en todo, el todo esta inscripto en la parte.
3.-El principio del bucle retroactivo o retroalimentación, permite el conocimiento de los procesos autorreguladores.
4.-El principio del bucle recursivo es un bucle generador en el que los productos y los efectos son en si mismo productores y causantes de lo que producen.
5.-El principio de autotomía / dependencia (auto-eco-organización): los seres
vivos son seres autoorganizadores que sin cesar se autoproducen y por ello gastan energía.
6.-El principio dialógico: une dos principios o nociones que deberían excluirse entre sí pero son indisociables en una misma realidad.
7.-El principio de la reintroducción opera en la restauración del sujeto y no oculta el problema cognitivo central: desde la percepción a la teoría científica, todo conocimiento es una reconstrucción / traducción que hace una mente / cerebro en una cultura y tiempo determinados.
Para la cabeza bien puesta, hay que reencontrarse con la las misiones, que es recuperar la fe en las posibilidades del espíritu humano, fe en el amor, en el arte que nos daría la actitud para organizar el conocimiento, la enseñanza de la condición humana, el aprendizaje a la vida entre otros.
Actualmente los problemas educativos parecieran asociarse exclusivamente a términos numéricos “más docentes” “menos materias”; estos aspectos importantes pero no es lo único que se debe atender. Es urgente plantear cambios a nivel de pensamiento, aunque no es fácil, existe mucha resistencia al cambio es mucho más cómodo continuar en sus costumbre que aventurarse a un cambio o enfrentar un desafío.
Son pocos los educadores entusiastas o que sientan la necesidad de una reforma profunda de pensamiento que conlleve a regenerar la educación, volver a encontrar las misiones, involucrarse en los cambios y enfrentar los retos que permitan lograr la finalidad de la cabeza bien puesta.

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